Cambio 16: Un producto Bayer envenenó España
El montaje del SINDROME TOXICO
Gudrun Greunke y Jorg Heimbrecht
Prólogo de Rafael Cid
GUDRUN GREUNKE: nacida en Alemania en 1941. Cursó estudios de literatura, filosofía e idiomas. Vive desde hace 20 anos en Espana donde tarbaja como corresponsal libre para Reuters, Spiegel y Stern.
DR. JÖRG HEIMBRECHT: nacido en 1945. Es diplomado en Química y autor de los libros „El escándalo de los miles de millones“ (1984) y „La alarma de Rin“ (1987).
RAFAEL CID: nacido en 1946; estudio Periodismo, Derecho, Economía y Filosófia y Letras. Periodista trabajó en varios programas de TVE y de Radio Nacional, despues en el „Diario de Informaciones“. Desde 1967 está en Cambio 16, convirtiéndose en 1987 en redactor jefe. Este mismo ano gana el premio Ortega y Gasset de periodismo de investigación por sus reportajes sobre „el Nani“ y la mafia policial.
(c) 1988 by Ediciones Obelisco SA
ISBN: 84-7720-073-4
„Se puede engekar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engaftar a todo el pueblo todo el tiempo.“
Abraham LINCOLN (1809-1865)
1 SILENCIOS DE ESTADO
El episodio del sindrome del Aceite Toxico, es uno de esos temas que demuestran la impotencia de los medios de comunicacion. A pesar de las toneladas de papel, chorros de tinta y riadas de comentarios y opiniones vertidas, la huella en la opinion publica es de incredulidad. Falta algo. Lo que se sabe no explica todo. Como en el intento del golpe de estado del 23 de febrero de 1981 o, por poner un ejemplo exterior, el asesinato del presidente norteamericano John Kennedy. En los tres casos faltan respuestas (y ademas lo parece). Quizas porque en todos ellos la expresion „razon de Estado“ esta por medio.
Por lo que yo se, ademas existen razones para recelar de la verdad oficial. ;Por que esa obsesion prematura por parte de politicos y clinicos en cerrar filas en torno al aceite de colza desnaturalizado como agente morbido si nunca paso de ser un sos-pechoso? Yo, como periodista que investigo el sindrome, esa obsesion la he vivido en dos ocasiones excepcionales.
La primera tuvo como protagonista a la Organizacion Mundial de la Salud y a uno de sus mas destacados representantes: el cientifico Gaston Vettorazi. En su des-pacho oficial de Ginebra, el especialista en pesticidas me aseguro que 61 personalmente estaba convencido de que la enfermedad tenia su origen en un producto organofosforado; que era impensable que las anilinas hubieran precipitado una epidemia de esa naturaleza y que tenia en considerable estima los trabajos de campo del heterodoxo doctor Antonio Muro. Estas afirmaciones las realizo Gaston Vettorazi en una entrevista previamente establecida, sin la discrecion del off the record, grabada y fotografiada. (S. 7) Pues bien, acto seguido, cuando a los pocos dias la conversacion aparecia pAlicada en la revista CAMBIO 16, el funcionario internacional hizo Ilegar un incalificable telex desmintiendose.
Segun el cable transmitido desde la sede suiza de la OMS, el no habia dicho tales cosas. Aunque en realidad (esta grabado) Vettorazi habia manifestado eso y mucho mas. Por ejemplo: que el informe emitido por la Oficina para Europa de la Organiza-cion Mundial de la Salud sobre el sindrome era un autentico disparate ya que, a pesar de reconocer que no se habia podido reproducir la enfermedad en laboratorio, serialaba al aceite como el vehfculo de la misma.
La segunda tiene una referencia radicalmente distinta: el Centro Superior de Informacion de la Defensa (CESID), el servicio secreto militar dependiente directamente de Presidencia del Gobierno. Funcionarios de ese organismo del estado solicitaron mi colaboracion para realizar un informe sobre la intoxicacion. Era la segunda vez que hombres del „espionaje“ abordaban el tema (tiempo atras lo tuvo sobre su mesa el general Andres Casinello, a la sazon maximo responsable de los servicios de informacion de la Guardia Civil y persona de confianza de la Moncloa).
Pero si Casinello no dio luz verde para investigarlo (en realidad hizo mucho mas: prohibio las pesquisas), los hombres del CESID si. Durante cerca de un arm un equipo al mando de dos oficiales desmenuzo el caso. Su resultado, contenido en un informe de siete Folios elevado al maximo responsable del CESID, general Emilio Alonso Manglano, fue preocupante: la tesis del aceite no se sostenia; por el contrario existian datos que apuntaban hacia un ensayo de guerra quimica como detonante de la epidemia. Pero este gravisimo informe nunca vio la luz. Ni siquiera en el juicio.
Valgan estas dos muestras para insinuar el inestable equilibrio sobre el que se asienta la verdad oficial del SAT. De ahi la utilidad de trabajo como el presente, que preienden evitar que la epidemia que provoco 700 muertes y mas de 30.000 (S. 8) enfermos pase a la historia como un misterio envuelto en un enigma.
Desgraciadarrtente, hoy, siete afios despues de aquellos tragicos sucesos, lo unico cierto es su tragica cosecha de muerte, dolor y desolacion. Lo demas, incluida la reproduccion artificial de la enfermedad y el hallazgo de un remedio eficaz para los afectados, son palabras. i,Cabe mayor drama? La cuestion, pues, sigue siendo: zpor que no se investigo en otras direcciones cuando se comprobo que el fraude del aceite no explicaba el problema?
Rafael Cid. (S. 9)
2 INTRODUCION
El 30 de marzo de 1987 comenzo el llamado „proceso del siglo“ contra 38 acei-teros. EI fiscal pidio para los acusados principales unas penas de mas de 100.000 aiios por homicidios, lesiones y atentados contra la salud publica, mas falsedad en do-cumentos. Pero, como veremos, tampoco d tiene las pruebas.
Como todas las personas con sentido comun, somos de la opinion que el fraude con el aceite y las adulteraciones de cualquier alimento deben ser perseguidas y eliminadas. Pero en este libro facilitamos las pruebas de que los aceiteros no son los responsables de la epidemia espahola. En este proceso no se juzga a los culpables.
Apoyandonos en numerosos documentos cientificos podemos demostrar que los sintomas de los enfermos no se pueden justificar a partir de la hipotesis oficial del aceite, pero que si se pueden explicar por una intoxicacion por pesticidas organofos-forados. Ademas demostramos que hay indicios de que los alimentos envenenados procedian de la provincia de Almeria. Hemos reunido muchisimas pruebas que han sido ocultadas a la opinion publica espatiola; por ejemplo, que en el suero de los enfermos Y en la leche materna, se encontraron rastros de pesticidas, de sus residuos y sus meta-bolitos; los productos, cuyo nombre completo damos, son producidos por grandes compailias que se encuentran entre las mas destacadas del mundo. La primera de ellas y lider del mercado es Bayer, pero tambien fabrican productos de este tipo Hoechst, BASF, Schering y Celamerk, sucursal de Boehringer-Ingelheim.
A partir de 1950, decenas de miles de personas han enfermado en todo el mundo por intoxicaciones con pesticidas organofosforados. Miles de ellas han muerto, aunque solamente se labe de algunas; hay que pensar que esto es la punta del iceberg. Los datos que hemos reunidos y que publicamos en este libro sugieren justo esto: la catastrofe del Sindrome Toxico puede repetirse en cualquier momento. Existen pruebas de que los pesticidas organofosforados, aunque sea en unas concen-traciones minimas, pueden producir neumonias que generalmente un medico no relacionara con una intoxicacion por (S.12) plaguicidas. Casos de enferme-dades misteriosas que se dan en otros paises podrian explicarse asi.
Cada aitio se venden en el mundo pesticidas por valor de unos cincuenta mil millones de dolares. Y, no solamente en Espaila, los gobiernos tratan conjuntamente con las industrias quimicas de evitar toda sospecha sobre estos productos. Para im-pedir una merma de sus mercados y de sus ganancias, el lobby de la industria quimica logra una y otra vez colocar sus intereses por encima de la salud ptiblica.
Ningun gobierno se apresura a poner en practica las medidas necesarias para reducir los peligros que representan estos productos para el consumidor. Seria nece-saria la prohibicion inmediata de emplear los pesticidas mas peligrosos y es de desear un cambio progresivo en la agricultura para usar sistemas biologicos, capaces de controlar las plagas que provocan dafios. Los politicos responsables y los representantes de la Administracion cierran sus ojos ante unos datos que no pueden ocultarse. Los funcionarios del Ministerio de Sanidad a quienes preguntamos, declararon no conocer las importantes indicaciones de „efectos altamente peligrosos“ de muchos insecticidas aunque esto se haya hecho publico desde hace muchos arios en las mas prestigiosas revistas cientificas. (S. 13)
3 ¿MUERTE POR ACEITE TOXICO? UNA HIPOTESIS INFUNDADA
Daniel Manzana, de 10 aaos, se sentia abatido y cansada, le dolia la garganta y hacia dias que na queria carner; ei rnédica de cabecera diagnosticó al principia una inflarnación en las arnfgdalas y después paperas. Esta fue en abril de 1981. Das dias despues, el nillo tenia 40° de fiebre y su pecho estaba cubierta de rnanchas de calar raja-vialeta que se extendieran rapidarnente par el cuello y la cara y, finalrnente cubrieran tada su cuerpo. Su pequeiia cara se inflamó. Las rnédicos del Haspital Infantil „Niaa Jesus“ de Madrid, se encontraran ante un enigrna. A partir de entances Daniel este tratada par una enferrnedad que se Ilarna desde Junia de 1981, el „sindrorne tóxica del aceite“, SAT a ST.
Tan rnisteriasas carno sus sintamas san la rnuerte de, carna rninirna, 600 espafiales y las sufrirnientas de unas 25.000 victirnas de la enferrnedad. Na aparece ningun tratar-nienta especifica, ni ninguna cura. El gobierna espaaol piensa haber encantrada la causa en el aceite adulterada, un aceite irnpartada can Eines industriales, adulterada can un 2% de anilina; renaturalizada para el cansurna hurnano y luega mezclada can gran variedad de aceites y grasas, vendida barato par vendedares arnbulantes…
Esta, dicen, ha causada la enfermedad.
Pera Daniel Manzano nunca ingirió este tipo de aceite. Desde las siete atias este nifia era diabética y su rnadre cocinaba para d can aceite de rnaiz procedente de una casa de dietetica. A pesar de tado esta el gabierna espailal se rnantiene firme en su idea de que la causa de la enfermedad debeatribuirse a algun tóxica presente en el aceite de calza desnaturalizado. Y en el censa aficial de las Ilamadas victirnas del aceite el nambre de Daniel esta entre las prirneras de la lista, a pesar de no haber prabada nunca este aceite. También el Fiscal afirrna estar canvencida de la hipótesis del aceite. Casi cuarenta aceiteras, mezcladores, irnpartadares, comerciantes y vendedares han estado hasta cuarenta rneses en prision preventiva; el „pracesa del sigla“, carna lo Ilarna la prensa espaaala, se inició el 30 de marza de 1987 en Madrid. El fiscal pide para las principales acusadas mas de 100.000 aftas de prisión par harnicidia, lesianes, falsedad en dacumentos y atentada cantra la salud publica. Que estos sefiares, a algunas de dies, hayan adulterada el aceite na puede negarse, pero tarnpaca el fiscal tiene las pruebas necesarias para achacarles el arigen de esta epidemia tan extendida.
Ya no se puede determinar can exactitud cuanda y dónde se cobró sus primeras vic-tirnas esta nueva e inexplicable enferrnedad. Oficialrnente se ha tarnada el I° de mayo de 1981 carna origen de la epidernia.
Ese dia el nifio Jaime Vaquera de acha &los rnurio en una arnbulancia que tenia que haberle Ilevado desde la Ciudad Satélite de Tarrejón a un hospital de Madrid. Solamente das dias antes el nitio habia dicho can argullo a su rnadre: „Mira, rnarna: say mucha mas fuerte que mis hermanas rnayares, todas en la carna y can gripe“.
De los siete nillas de la farnilia Vaquera salamente 1 se encantraba bien. Pero ya al dia siguiente Jairne Ilegó del calegia can dalores de cabeza, tas y una fiebre ligera. Durante la nache, el nie no podia darmir. Su estado ernpearó tan rapidamente que el rnédica de urgencias Ilarnó a una arnbulancia para Ilevarla al haspital, a Madrid, a 30 Km. de Tarrejón.
Por su prapia pie Jaime subio al coche, su madre se sentó a su lada. Escasarnente cinca minutas despues el nifio habia muerta. El fallecirnienta se pradujo por para respiratario aguda.
En la rnisma rnafiana cinca de sus herrnanos ingresaron en el hospital madrilefia de„La Paz“. Inmaculada de 17 allas (S. 14/15) fue Ilevada inmediatarnente a Cuidadas Intensivias. Sus herrnanas fueran ingresadas en el Haspital del Rey, centra para enfermas i n fecciasas
Cuanda el dactar Antania Mura, director en funciones de esta clinica, Ilega al dfa siguiente y mira las datas de las nuevas ingresas y las diagnósticas carre-spandientes se extrala: cuatra njrias de la misma farnilia can neumania , un nifia en atra hospital con idénticos sintarnas y atra nitia muerta par la rnisrna enfer-rnedad, es rnuy dificil de explicar. Segun su opinión na puede tratarse de una neumania verdadera: seis rniembras de una rnisma farnilia na sufren, al rnisma tiernpo, de una neurnania. Y si fuera peste neumónica, estas nifias deberian haber rnuerta ya a estarian maribundas. Mura esta convencida de que se trata del arigen de una epidernia y Ilama al Ministeria de Sanidad para dar la alarma.
La preacupacian del doctar Mura es comprensible. En las praxirnas dias las haspi-tales de Madrid se Ilenan de pacientes que sufren todos de esta „neumonia“ para la cual las médicos na tienen ninguna explicacion. Narmalrnente una ne-urnania presenta atras sintarnas y, sabre tada, na praduce manchas en toda el cuerpa. Muro esta canvencido de que se trata de alga absalutarnente „nuevo“ y declara: „par la menas para mi es alga descanacida“‚. Ordena entances que se hagan a sus pacientes las pruebas de la legianela y atras enferrnedades raras que pudieran haber sida cantagiadas por garrapatas a pajaras.
El 6 de maya, tras unas larguisirnas cansultas con el rnejar especialista espatial de la legionela, Mura descarta esta enferrnedad: las sintarnas de sus pacientes san carnpletarnente diferentes. En las dias siguientes ira descartando el resta de las hipatesis antes rnencionadas dada que las analisis que habia ardenada arrojan resultados negativas.2
Una semana despuus de la alarma del Dactar Muro las respansables del Ministeria de Sanidad se dan cuenta, rnente, de que hay que hacer alga. Se farrnan grupos de trabajo rnicra-biológicas, clinicas y epidemialogicas. Las directores de las haspitales se encuentran para una primera (S. 16) reunión.3 En ella tados men-cionan las misrnos sintarnas: dificultad de respirar, fiebre ligera, dalares de cabeza y rnusculas, cansancia general, dolores, rnareas, vómitas, diarrea, exantema y, cama signa especialmente caracteristico en las radiagra- un edema pulmanar.4
A pesar de todas estas sintamas, Muro esta canvencida de que el prirner diagnós-tica es falso. Na cree que se trate de una neumonia causada par bacterias o algun virus. Piensa que es muy aventurada la idea de trasmision de la enfermedad par via respirataria. Una vez anatadas en el mapa las casas canacidas hasta ese rnor-nento, Muro se convence de que la enfermedad pracede par via digestiva, es decir, par una intoxicación alirnentaria. La extensión geagrafica de las casas na permite rnantener la hipótesis de una infecci6n a afeccion par via respirataria.
Las pacientes proceden de lugares, pueblas y ciudades cercanas a Madrid que en rnuchas. acasianes no san cantiguas; el centra de la capital na se ve afectada. Si se tratase de una afección par via respiratoria, necesariamente tendrian que suf-rir de ella zanas que son vecinas y habria que pensar en rnuchos casas en grupos que viven a trabajan juntas, cama par ejempla, en calegias, cuarteles, hoteles a fabricas.
Adernas piensa que el causante de la enferrnedad debe encantrarse en un praducta que pueden haber adquirida las pacientes rnediante la que el llama „venta alternativa“. Dada que el centra de Madrid na esta afectada, na puede tratarse de un articula de rnarca que se venda narmalmente all. Mura intenta encantrar ese factar que ha hecha enfermar a sus pacientes. Piensa en una causa carnun aunque los afectados vivan distantes unos de atras.
El 10 de rnaya, tras una encuesta entre sus enfermas y los familiares sanos que han venida a visitarles, Ilega a la canclusión de que tados han camprada en merca-das ambulantes. El factor carnun de las enfermas parece ser su afición a la ensalada.s
Los colegas del Dactar Mura san de distinta opinión; siguen convencidas de que la misteriosa epidemia debia haberse (S. 17) praducida par via respirataria. Medicas e invesiigadores trabajan a „marcha farzeda“ para encontrar la salución al enigma. Primera apuntan a un virus, despues a una bacteria y finalmente, como ya hiza Muro en las primeras dias, a un micaplasma. Estas san bacterias minusculas, sin pared celu-lar. Todas ellas pueden penetrar en el cuerpa par via respiratoria y causar infeccianes.
Finalmente tambien la prensa se interesa par el terna, que na habia descubierta hasta el 7 de mayo. Tante el „Diaria 16“, camo „EI Pais“, las das diarias madrilehas mas impartantes, repiten las palabras de Mura, es decir „que se trata de una nueva y hasta ahora campletamente descanacida enfermedad“6.
La pablación esta descancertada. Madres asustadas na dejan que sus hijos vayan al calegio. El ministeria de Sanidad se ve farzada a una fuga hacia adelante. EI 10 de maya el Secretaria de Estado, Doctar Luis Sanchez-Harguindey dice en Radia Nacianal: „Hace falta calma y tranquilidad, el tema se esta cantralando“ y despues cantintla: „EI incrementa de casos de neumonia atipica en Madrid es pre-acupante, pera na alarmante“. Y a la pregunta de si la enfermedad de la legia-nela padria ser la causa, cantesta: „Nasatras hablamas de neumonia atipica, pera par el mamenta na pademas decir que se trate de la enfermedad praducida par la legianela, tampaca pademas decir que na la sea, pera par el mamenta las analisis realizados en el Centra de Biologia de Majadahanda na han dada rastras de dicha germen‘“.
Su calega, el Dactar Luis Valenciana, Directar General de la Salud Publica declara al dia siguiente en una entrevista a „el Pais“: „Na existe ninguna enfermedad que se Ilame neumonia atipica. Bajo esta denaminacion se canacen enfermedades que tienen muchas sintamas pero ningun cuadra clinica de-finida, pera siempre hay lesiones en el pulmón“. Estas enfermedades puedenser causadas, por ejempla, par un metal altamente tóxica, el berilia, también par escarias, por un abano fosfarada y tambien par atras substancias quimicas.9 Y aunque tadavia se descanacian las causas de la enfermedad, (S. 18) Valen-ciana descartó que esta pudicra ser una enferrnedad completamente nueva: „Sin duda la enfermedad ya existe en el resta de Esparia, e inclusa en el mundo, pero no con la frecuencia can que se CSta dando en Madrid en estos dias“.
Aunquc aqui solamcnte vale el comentaria „nadie sabia nada“, el funcionaria del Ministeria de Sanidad se cangratula a si rnismo por la forma de Ilevar las investigacianes de la epidemia en esos mamentos: „En mi apinión las rnedidas adaptadas par la Secretaria de Estada para la Sanidad son las Inas adegua-das y rnas na se hubiera podido hacer en ningun atra pais del munda“.9
EI Secretario de Estado Sanchez-Harguindey dice lo mismo can atras palabras. Carna nadie es prafeta en su tierra el dactor Valenciana agrega: „Ademas estamas en cantacto permanente con la Organización Mundial de la Salud, intercambianda información y calabarando can impartantes labaratorias extranjeras para la identificación del gerrnen“.L°
EI funcionaria espanal se referia cancretamente al „Centers far Disease Cantral“ (CDC). Este instituto fue fundada en 1942 par las Ejercitas de las EE.UU. para la lucha cantra la malaria.„ Se hiza rnundialmente famasa cuanda sus cientificos lagraran esclarecer las causas de la enfermedad del legianaria. Esta enfermedad se manifestó en 1976 en Filadelfia (EE.UU.) durante una reunión de veteranas que causó neumonias y fiebre alta. Durante esta canvención murieran 29 personas. Tadas ellas se habian haspedado en el mismo batet. EI CDC descubria el germen causante: una bacteria hasta entances desconacida, que habia sida transmitida a traves del aire acondicianada.
En 1981 la busqueda en Espela se hace angustiasa. Se examinan tada clase de bac-terias. Varios tipos de virus san igualmente analizadas. AI misma tiempa, el Dactor Mura se pregunta cual de las companentes de la ensalada podia haber hecha enfermar a sus pacientes. Par esta predileccion de las enfermas hacia la ensalada habia encontrado una explicación para la sarprendente extensión de la epidernia. Le habia llamada la atencion que, casi siempre, eran sóla unos miernbros (S. 19) de la familia los que enfermaban. Exactamente el 49,6% de las victimas se constituyen eq el unico miembro de la familia que enfermo. En otras familias, ei 25%, son das los miembrao enfermos. La diferencia en los habitos alimentarios podia ser una pista importante para resalver este problema.
Los componentes de la ensalada son, generalmente, tomate, lechuga, pimientos verdes y ceboilas a ceboiletas. Se la aliña con aceite, vinagre y sal.
Cuando Muro expone su teoria de la ensalada en una de las reuniones en el Ministerio de Sanidad y luego, cuando añade que le parece que la lechuga y las ceboilas son los mas lógicos causantes, porque en sus hojas pueden mantenerse parasitos, lo unico que recibe es una sonrisa maliciosa. A pesar de esto, sus colaboradares van de mercado en mercado y en poco tiempo encuentran a los vendedores y suministradores de lechuga y cebolletas.
Muro tiene prisa, quiere encontrar el causante de la enfermedad lo mas rapidamente posible para poder ayudar a sus pacientes. El 13 de mayo pide que vengan algunos responsables del Ministerio de Sanidad y funcionarios médicos a su hospital para poder explicarles su hipótesis con un gran mapa de España. Muro termina con la prediccion de los lugares en donde va a haber nuevos casos en los próximos dias. En algunos pueblos a ciudades, apunta incluso a cailes concretas.I2
Al dia siguiente sus prandsticas se confirman. En vez de recibir una ayuda para pra-seguir con sus investigaciones, le Ilega un mensajero con un escueto escrita del Mini-sterio de Sanjdad natificándole que esta “suspendido„ en sus funcianes.
EI dia siguiente en la prensa se puede leer que el Doctor Muro ha sido suspendido de su trabajo por razones inexplicables: “Fuentes cercanas al Ministerio han explicado que en los ultimos dias el Doctor Muro sufrid gran stress y estaba agotada fisica y psi-quicamente„.‚3 Los colaboradores del mdico contradicen esta versión. (S. 20)
El Ministerio y los médicos de la Administración siguen buscando el agente causante de la neumonia atipica e inespecifica, pero a su manera. Asi lo confirma el Ministro de
Sanidad el Sr. Jesus Sancho Rof en la primera rueda de prensa que da desde el ca-mienzo de la epidemia. El periódico “Diaria 16„ titula asi su informacidn sobre esta rueda de prensa: “La epidemia aicanza nivel palitico„. El Ministro dijo: “Na hay ninguna otra investigación valida y demostrada hasta ahara que la señalada por el Ministerin. Na hay ninguna otra causa demostrada en este momento. En todas las au-topsias realizadas se detectó el micoplasma y ningun otro agente. Se conoce su nombrey prirner apellido, pero falta conocer su segundo apellido. Se extiende sin agente fisico particular que lo propague„.
Y entonces el Ministro pronuncia delante de las camaras la frase que mas tarde leg proporcionara su apodo, : “Es un bichita tan pequeño que si se cac se mata…„ Con las manas muestra una altura de menos de un metro. EI “ministro del bichito„, como leg Ilama desde entonces la prensa, quiere minimizar el problema, diciendo: “Aunque el problema suscitada par la enfermedad es importante, na es grave„.
Parece que al Sr. Ministro no Ale impresionan las cifras de sus propios funcianarios. Mientras dice “La gripe es un prablema mas grave„, hay mas de das mil espanoles en hospitales que esperan la solucidn del enigma y con Cello un tratamienta correcto parat su cura.
Sancho Rof recuerda: “Durante el pasada ano hubo en Madrid 1.045 muertos a causa de ncumonias y el periodo en el que se dieron mas casos fue de 1933 a 1934. En el brate epidemico de este año el porcentaje de muertes na alcanza al 1% y el de enfermos graves, igualmente. Esta clase de neumonia aparece todos los año, aunque no de esta forma espectacular„.14 Esta tasa que menciona el Ministro ha causada hasta este dia la muerte de ocho personas.
Entretanto cada medica experimenta a su manera. Algunos (S. 21) antibiotico. Los pacientes son tratados al mismo ticmpo con otros antibioticos y con “urbasón„, un praducto contra inflamaciones, Reciben ademas enormes dosis de Valium; 12 comprimidos a 10 miligramos por día es algo normal en este tratamiento.
Los primeros médicos americanas que quieren informarse del origen de la epidemia no son de gran ayuda. El Doctor William Baine, epidemólogo del CDC, estaba trabajando en haha cuando su Instituto le envio a Madrid. Can las prisas para acudir, el doctor Baine olvidó su pasaporte en Roma, teniendo que csperar durante varias horas en el aeropuerto de Barajas hasta que la Embajada Americana logró pasarle sin pasaporte. Acto seguido, se persona en el Haspital del Rcy donde es rccibido por el doctor Muro Aal que dcja impresionado al panerse la bata al reves, no querer vier a ningún paciente (¿tenia miedo del “bichito„?), interesandase únicamente por la existencia de un micrascopio electronico. En el hospital no habia ningún microscopio electronico…
Al mismo tiempo otros medicos americanos se encontraban en la capital de Espana para participar en un congreso de la Cruz Roja sobre enfermedades infecciosas. Los americanos hacen exactamente lo mismo que sus colegas españioles: En una rueda de prensa presentan opiniones contradictoriorias sobre el posible cau-sante de la epidemia. El doctor Baine explica que en su opinion la causa de la neumonia es un micoplasma, mientras que el doctor W. R. Wilson, especialista en enfermedades infecciasas de la Clinica Mayo, afirma que “seguramente se trata de un virus desconocido„.16
En los proximos dias y semanas la epidemia se extiende. Aunque el ministro de Sanidad haya dicho que no es grave, sigue causando más y mas victimas. En un principio se habia extendido solamente en dirección noroeste desde Madrid, pcro pronta se sabe tambien de casos en Málaga, Sevilla, Cordoba y otras ciudades al sur de Espana. Incluso aparecen algunos casos en Marbella, la ciudad más chic de toda la costa espanola.
La falta de informaciones definitivas hace que en la opinión (S.22) publica y en la prensa se formulen las especulaciones más diverses. En los mercadas ya no puedcn venderse las lechugas, luego los agricultores no venden sus fresas. Politicos y médicos se ven forzados a comer fresas en publico para salvar asi a los agricultores de la ruina económica. Se mata a animales de compañia como perros y canarios por miedo a que puedan transmitir la enfermedad…Ha cundido el pánico.
De rennte, el 10 de junio, una noticia en el ultimo telediario de la Primcra Cadcna de T.V.E. galvaniza a la opinion publica: “La causa que ha praducido la ilamada neumonia atipica podria radicar en un accitc adulterado vendido de forma ambulante, sin etiqucta y, por tanto, sin ningun cantrol sanitario„.17
El diario madrileno “El Pais„ expresa su sorpresa sin rodeos. Tras una reunión en el Ministerio de Sanidad a las 19 horas, aún se dccia “Na hay novcdad„, unas horas más tarde, y sorprendentemente se rnenciona un posible nucvo agente como causantc de la enfermedades
¿Cómo se pudo Ilegar tan de rennte a esta sorprendente conclusion? (S. 23)
IV LAS RATAS SOLO ENGORDAN CON EL ACEITE
Dia a dia, la situacióm en los hospitales se volvia más dramática. La presión de la opinión pública sobre el gobierna aumentaba. A primeros de junio, solamente en Madrid, se encontraban en los hospitales 2000 victimas de la epidemia. En un solo dia se registraban trescientos cuarenta nuevos casas.‘
Otros medicos empezaban a buscar causas alternativas. El Dr. Juan Manuel Tabuenca, pediatra y por aquel entonces director en funciones del Hospital Infantil “Niño Jesus„ de Madrid, es considerado el padre de la teoria del aceite. Dos curiosas cartas se hallan al inicio de esta historia. El primer escrito de Tabuenca es del 9 de junio de 1981 y está dirigido al Ministro de Sanidad. Por la impor-tancia histórica que tiene esta carta nos parece licito citarla casi en su totalidad:
Querido Sr. Ministro:
Por encontrarme coma director en funciones del Hospital Niño Jesus desde hace unos 3 meses, (…) me ha correspondido vivir en toda su intensidad y vari-ados aspectos la epidemia de neumonia atipica, por lo que constitui desde su inicio un importante grupo de trabajo de clinicos y de Iaboratorio para el mejor estudio y seguimiento de la enfermedad, el cual lo vengo dirigiendo personalmente.
Hasta este momento Ilevamos estudiados más de 210 niños, cuyo curso he super-visado dia y noche personalmente y de aqui que todo lo que le expongo se refiere exclusivamente a ninos. (S. 24)
Asimismo he venido participanda en las reuniones convocadas en su Ministerio. He de hacerle patente mi más cordial y sincera felicitación a Vd. y a las restantes autoridades sanitarias que las han creado con tan encomiable espíritu de seriedad cientifica, sin cuyo positivo intercambio de ideas poco podriamos hacer ais-ladamente cada grupo. Lo mismo debo expresarle de tados los centros médicos y laboratorios que de forma más o menor directa vienen prestando su total cola-boración.
Sr. Ministro, tras estudiar detenidamente los primeros casos que atendimos y valorar todos los datos epidemiológicos, clinicos, de Iaboratorio y terapeuticos del cuadro, apunté a mi grupo la posibilidad de que pudiera tratarse de un cuadro tóxico alergico, diagnóstico que fue asumido unánimemente. Por ello y sin aban-donar una etiologia por agentes vivos que predominaba en el grupo de expertos, y colaborando fielmente en este sentido, iniciamos sin embargo esta otra linea de trabajo sin otro interés que el de aportar a Vd. todo lo que pudiéramos hallar en este sentido.
Como al continuar viendo más enfermos, parecia prevalecer esta idea, antes de pasar a la comprobación analitica y de exnrimentación animal le comuniqué nuestras impresiones al Sr. Secretario de Estado un sábado por la mañana (creo que el 23-V), al que debo agradecerle profundamente el interés con el que acogió mis sugerencias, asi como sus vivos deseos de ayudarnos en todo. Por ello le indiqué que iba buscando sin hallarlo algún Iaboratorio con cromatografia de gasen y espec-tametria de masas, indicándome que el Doctor Valenciano nos buscaria la solución.
Como al poco y por mediación de la Doctara Ugarte de la Universidad Autónoma, recibimos la gentil oferta del Director de Laboratorio de Aduanas, y dado lo apre-miante de la situación, sin urirar más, me dirigi ahi para programar el estudio que estamos llevando a cabo conjuntamente, y a donde estamos enviando todas las muestras de enfermos y controles.
Al comenzar a observar recaidas y reingresos de enfermos previamente tratados por nosotros, el que el niño menor es de (S. 25) seis meses, junto a muchos más datos, me dedique a investigar sin descanso hasta el njds infimo detalle, sobre niñios menores, reingresos y familias con varios enfermos, todos los alimentos y condimentos que ingerian, Ilegando a descubrir que todas los encuestados sin excepción ingieren aceite a granel cornprado a vendedores o mercadillos ambulantes.
Seguidamente indico a mi grupo la necesidad de profundízar la encuesta y así hasta el momento entre ochenta familias los resultados han sido los mismos, con una excepción que al revisarla resultó corresponder a un diagnóstico inexacto.
Hoy se está continuando la encuesta como indicaba y además en cien nillos na afectos para ver la incidencia entre ellos del consumo de este tipo de aceite.
Se están enviando muestras de estos aceites (existe al parecer uno importante en Alcorcón y de otro en Vallecas, ya tenemos muestras) así coma de sangres y orinas de enfermos y controles.
De los análisis de muestras de aceite y orinas tenemos:
I. Excluida una posible contaminación de gran valumen de aceites minerales.
2. Excluidos agentes inhibidores de la colinestarasa (insecticidas organofosforados y clorados),
3. Excluidos Mercurio y Cadmio.
Hasta el momento debo hacerle constar que no poseernos la prueba definitiva del hallazgo del tóxico en el aceite, ni en la Sangre, u otras muestras biológicas de los enfermas, ni los resultados de la encuesta en sanos, ni resultados valorables de la experimentación animal.
Sin embargo, y como a pesar de haber insistido a mi grupo en la necesidad del mayor sigilo en estos trabajos, esto ha sido imposible segun me consta, y por las implicaciones extracientificas del problema es por lo que me creo en el deber de poner a su disposición todos nuestros modestos hailazgos sin excepción, estando dispuesto a ampliárselos cuando desee, como ya hice personalmente y por telefono al Sr. Secretario de Estado, en la seguridad de que estoy a su total disposi-cion para cumplir cuantas órdenes me dé en cualquier sentido. (S. 26)
Sin más le saluda muy cordialmente y queda a sus siempre gratas órdenes su incondicional amigo
J. M. Tabuenca.
Parece que el Sr. Sancho Rof no sabia qué hacer con esta carta tan confusa. Tampoco con la visita de su autor a su Ministerio al dia siguiente. El ministro recuerda asi esta reunión: “Tabuenca Ilegó. Yo estaba en una reunión sobre el presupuesto del Ministerio y pedi que le dijeran que esperase. Cuando le veo, dice: „Tengo la prueba, un aceite, aceite de colza es ei causante, porque tengo un bebé en mi hospital con los sintomas tipicos y siempre cuando el bebe lloraba su mamá le daba una cucharadita para calmarlo. Esto era lo úinico que no encajaba en su dieta“.2
Visitada la madre de la niña, pues se trataba de una esta afirmación nos fue des-mentida categóricamente.
Sancho Rof llama a sus colegas de los ministerios de Comercio y Agricultura, pero las pruebas que le ha dado el doctor Tabuenca les parecen realmente escasas.
Asi que el pediatra se sienta de nuevo para escribir una breve nota dirigida, esta vez, al Secretario de Estado:
Querido Sr. Secretario de Estado:
Le comunico que el resultado de la encuesta realizada entre sesenta enfermos de neumonia atipica es que toman aceite a granel de vendedores o mercados ambulantes al 100%. Todos ellos niños.
De cincuenta encuestados sanos toman el 6,4% (de las consultas quirurgicas).
Me acaban de comunicar del laboratorio que encuentran en todas las muestras del aceite, acetil anilida, substancia cuya toxicidad y mecanismos tengo que estudiar y comprobar.
Mañana, sin embargo, se continuarán estudiando estos datos en sangre ya que seria decisivo comprobar la presencia de esta u otras substancias. (S. 28)
Parece tratarse de un aceite muy mezclado y de baja calidad, no tiene marca y todos ellos de venta ambulante exclusivamente, no pare & en principio, que pudiera tener aceite mineral.
Lo que le comunico con cordial afecto. Madrid, 10 de junio de 1981.
Juan Manuel Tabuenca Oliver.
A mano, anota en la copia con la que se queda „Original entregado a las 20 horas“.
Este dato explica la sorprendente noticia del Ultimo telediario. Pero más sor-prendente aún es el hecho de que una noticia tan grave se bare en unos indicios tan pobres, por no decir en una mera sospecha carente de pruebas verdaderas.
El periódico „El Pais“ expresa su asombro ya en el titular: „Extraña nota de la Dirección General de la Salud sobre la neumonia atipica“, en el articulo se dice: „La Dirección General de la Salud Pública facilitó a última hora de anoche una escueta nota informativa en la que señala que “en la investigación epidemiológica sobre el brote epidemico de la neumonia atipica se ha detectado que en determinadas zonas se produce la venta ambulante domiciliaria de aceite a granel, sin marca ni ningun tipo de control, que parece proceder de una mezcla de aceites comestibles con otras sustancias prohibidas por la legislación vigente„.3
Al dia siguiente el mismo periódico escribe: “Las aminas aromáticas son los productos tóxicos encontrados en el aceite relacionados con la neumonia„. A pesar de este titular el articulo dice claramente que los sintomas clinicos de la enfermedad no pueden explicarse con una intoxicación por estas sustancias. Y añade “El Pais„: “En medios sanitarios clinicos se duda de que el origen de la epidemia sea el aceite„.
La prensa de Barcelona escribe más o menos lo mismo el dia 12 de junio, pero en el titular de “La Vanguardia„ se lee la palabra “anilina„4. Un dia después este diario escribe: (S. 30) “Parece confirmarse que el aceite a granel es causa de la epidemia„ y los periodistas parecen encontrar unos casos paralelos en otros paises: “En varios paises europeos se han dado casos similares cono-cidos como „la enfermedad de la margarina“.5
Tan sólo un dia después se retractan. Esta vez escriben: „No es definitivo que un aceite sea la causa“. Y debajo dc este titular se lee: „Afirma un comu-nicado de la Secretaria de Estado para la Salud
Esta confusión se sigue manteniendo en la prensa española hasta el 17 de junio cuando el rompecabezas Ilega a su primcr fin provisional. El rv1inistro de Sani-dad, Sancho Rof hace saber a la opinión publica lo que realmente y según su entender es la causa de la epidemia: aceite de colza desnaturalizado con el 2g7o de anilinas para fines industriales, renaturalizado para el consumo humano y después vendido en garrafas de plástico de 5 litros como aceite de oliva puro en venta ambulante. Este aceite de colza estaba mezclado con una enorme variedad de aceites diferentes de una calidad inferior, asi como con grasas animales. Contenia además unos residuos minimos de anilina, anilida, acetil-amina y azo-benzol.
Pero todos estos componentes producen unos sintomas de intoxicación completa-mente distintos y ninguno de ellos causa en animales o seres humanos una neumonia.
El doctor Valenciano, Director General de la Salud Pública admite: “La toxicidad producida por los productos encontrados en el aceite no suele ser el cuadro que estamos viendo en la neumonia atipica, por lo que hay que seguir buscando„.7
A pesar de estas contradicciones ei gobierno español respiraba más tranquilo. Finalmente, parecia que despues de semanas se habia encontrado el causante de la enfermedad. Si los sintomas no concordaban con las sustancias incontradas, tendria que haber otro veneno en el aceite. Ya por la noche del dia 10 de junio el Ministerio ordena al lnstituto de Majadahonda, el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición, concentrar todos sus esfuerzos en el análisis de aceites. Y de nuevo se acude a la OMS. Y de nuevo la OMS sugiere expertos (S. 31) y labora-torios para el análisis de aceites. Se empieza entonces a mandar muestras de aceites a los mejores laboratorios del mundo. Se inicia una especie de carrera cientifica. ;EI descubridor del tóxico seguramente ganará el premio Nóbel!
El 24 de junio comienzan los envios a laboratorios europeos. El director del Laboratorio de Majadahonda escribe unas cartitas francamente “monas„ a sus colegas, incluido el Instituto Max Von Pettenkofer de Berlin. El alemán en el que esta escrita deja muchisimo que desear. La carta empieza asi:
“Distinguido Colegas:
Yo creo que Vdes. han en la Prensa leido que aqui en España con aceite de nabos ha pasado…„
El texto completo de la carta se encuentra reproducido para el deleite de nuestros lectores en el apéndice de este libro.
Otro tanto ocurre con la carta que el Doctor Antonio Borregón, Director de este Instituto, manda a la eminente toxicóloga Veronique Vincent, de Lyon. La carta se inicia en estos términos: “Dear Mistress„ (Querida fulana), lo cual más bien parece un insulto…
Sin duda el presupuesto no daba para traductores. De to-dos modos si no encontraron buenos traductores, tuvieron muchos menos problemas para hallar muestras de aceite. Casi todas las familias con enfermos todavia guardaban las garrafas de plástico de cinco litros caracteristicas en su casa. Algunas las habian abierto y otras todavia no, porque en España las amas de casa compran grandes cantidades de aceite. Los pacientes que se mantenian en sus trece diciendo que nunca habian consumido otro aceite que los de marca, entregaban muestras de estas garrafas. Entonces el gobierno español elaboró una lista con los nombres de aceites supuestamente tóxicos que se encontraban en venta en el mercado españiol. Más de veinte nombres engrosaban esta lista negra.
El 30 de junio de 1981 empezó la operación canje: el gobierno español cam-biaba gratis los aceites supuestamente tóxicos contra aceite de oliva de primera calidad. (S. 33)
El fraude del aceite tiene una larga tradición en España y no puede decirset que el gobierno ignorara este hecho. Todos los españoles están orgullosos del aceite de oliva tan bueno que consumen, pero, desgraciadamente, el aceite de oliva es relativamente caro y ,simplemente, no se produce en suficiente cantidad para todos. Desde comienzos de los años 80 la producción de aceite de oliva anual de España se ha mantenido, más o menos constante, con unos 450.000 Tm., cantidad de la que se exportan unas 100.000 Tm. Segun los datos del Ministerio de Agricultura los españoles consumen unas 800.000 Tm. de aceite de oliva… No hace falta ser un genio de las matemáticas para deducir segun estas cifras que en el mercado debe haber cantidades inmensas de “aceite de oliva„ que jamás han estado cerca de una aceituna.8
A pesar de esto, el gobierno espanol estaba sorprendido de que ya en la primera fase de la operación canje se recogieran medio millón de litros.9 En las siguientes semanas y meses, esta cifra se multiplicó por diez hasta Ilegar a casi cinco millones de litros, cifra hasta ahora ocultada a la opinión publica. Esto representa ap-roximadamente que cada afectado devolvió por término medio 200 litros. Segun este cálculo, las familias con varios afectados deberian haber entregado cantidades astronómicas de aceite (más de 500 litros) cada una.
Esto sólo basta para demostrar que una de dos, o hay muchisimos más afec-tados de lo contabilizado, o el aceite no tiene nada que ver con el Sindrome Tóxico. Desgraciadamente, ambas afirmaciones parecen ser ciertas…
En los aceites recogidos se encontraron las mezclas más variopintas. Conte-nían aceite de pepita de uva, de soja, de girasol, además de aceite de oliva de calidad muy inferior. Otros estaban mezclados con grasas animales, como manteca. Ni mucho menos todos los aceites entregados contenian anilina o anilida, y la mayoria tampoco contenian rastros de aceite de colza.
A pesar de estos datos, los cientificos, el primero entre ellos el Doctor Antonio Borregón, Director del Instituto de Majadahonda, Centro Nacional de Nutrición y Ali-mentación, (S. 34) estaban convencidos de que el aceite de colza, mezclado con anilinas y anilidas y eventualmente con otras sustancias quimicas, era el res-ponsable de este envenenamiento masivo. A partir de este momento, todos los esfuerzos del gobierno español tenian un fin concreto: encontrar pruebas contundentes para la hipótesis del aceite. Se descartó cualquier otra hipótesis, las teorías alternativas fueron descalificadas como “no aceptables„. Nunca se quiso investigar oficialmente, por parte del Estado, una linea que no tuviera algo que ver con el aceite.
Desde entonces la epidemia española es conocida mundialmente como “sindro-me del aceite tóxico„ y el Doctor Tabuenca celebrado y alabado como su descu-bridor. El gobierno español intentó desesperadamente reforzar la hipótesis del aceite.
En todos los hospitales se hacian encuestas de urgencia entre los pacientes y de nuevo el CDC de Atlanta proporcionó ayuda activa al gobierno español. Ya en los ultimos dias de mayo enviaron a un grupo de epidemiólogos a Madrid, entre los que se hallaban los doctores José Rigau y Edwin Kilbourne. Los cienti-ficos eligen el pequeño pueblo de Navas del Marqués como prototipo. Alli ela-boran en los meses siguientes seis estudios epidemiológicos.
Con el primer informe que data del 2 de junio, las autoridades españolas no sabían que hacer. Los americanos habian detectado cinco posibilidades diferentes para explicar la enfermedad; cinco productos podrian haber sido los causantes de la enfermedad de los habitantes de este pueblo, que está a una altura de 1300 metros, en la provincia de Avila:
1. Los pinos, que crecen en las cercanias de las casas con enfermos,
2. Los pececillos de los riachuelos,
3. Un nuevo champu,
4. Un nuevo detergente o,
5. Lejia, un producto que no falta en ninguna casa española.
Este resultado no encajaba para nada y como, obviamente, estos expertos se habian olvidado de preguntar por hábitos y (S. 35) productos alimenticios, se apresuraron a regresar al pueblo. Pero esta vez los americanos vuelven con el resultado esperado: Los 61 pacientes y sus familiares, con los que habian hablado, habian consumido aceite adulterado.
¿,Cuál es, pues el inico defecto de este cuadro tan redondo? Los sanos habian comido exactamente lo mismo que los enfermos, el 73% de todas las familias de este pueblo de casi 4.000 habitantes habian comprado este aceite mezclado de venta ambulante. Muchos de los que estaban sanos habian con-sumido muchisimo más de este aceite que los enfermos. Los americanos demostraban, además, con su encuesta, que este aceite supuestamente tóxico parecia ser más venenoso en su forma fria que cuando era calentado para freir o cocinar: los enfermos habian comido más ensaladas que los sanos.‚“
Otros estudios epidemiológicos„ llegaron a resultados tan paradójicos como tener que reconocer una salud inmejorable a muchas personas que habian consumido mucha más cantidad de estos aceites que sus familiares que habian enfermado. Los cientificos intentaban explicar este hecho a partir de diferencias genéticas o también por posibles diferencias en el sistema inmunológico de cada uno de las personas.
Pero también eran muchos los pacientes que aseguraban empecinadamente que no habian comprado nunca ningun aceite sospechoso en ningun mercadillo o vendedor ambulante, sino solamente los aceites de las mejores marcas del mer-cado español. Pero tampoco esto inmutó a los cientificos, que estaban investi-gando este hecho: seguramente esta gente habia comido aceite tóxico en cualquier bar o restaurante y no se acordaba. Una suposición de tal vaguedad, que hasta hoy no ha sido comprobada.
Hasta la fecha, la hipótesis del aceite se basa unica y exclusivamente en los estudios epidemiológicos. No se ha logrado nunca reproducir los sintomas en esperi-mentos de laboratorio con animales.
En aquellos dias del verano de 1981, la población española era presa de la histeria y de una fiebre de aceite. En todo el pais se buscan empresas refinadoras, importadores y almace nistas (S. 36) de aceite. Envasadores y productores van a la cárcel; el mismo destino sufren los quimicos y técnicos que supervisaban la renaturalización del aceite desnaturalizado. Un proceso durante el cual la anilina es quitada casi por completo del aceite por varios procedimientos. El gobierno considera los delitos que se les imputan tan graves que no se atiene ni a su propia legis-lación; segun ésta, la prisión preventiva no puede durar más de treinta meses. En el caso del aceite supuestamente tóxico, los acusados han pasado cuarenta y más meses en prisión preventiva, sus empresas y comercios han sido cerrados por la policia por orden judicial; sus bienes, casas, propiedades y otras pertenencias han sido embargados como medida preventiva.
En los ultimos años, cientificos de muchisimos paises han escrito y siguen es-cribiendo todavia trabajos inteligentes relativos al sindrome del aceite tóxico, sobre anilinas y anilidas, sobre sus derivados en conexión con el aceite. Pero el veneno causante no aparece: nadie lo puede encontrar. El gobierno español, representado por la comisión de expertos -que después se llamará Plan Nacional del Sindrome Tóxico- publica un libro blanco, y después una recopilación de casi 800 páginas sobre todos los aspectos de las investigaciones.
En marzo de 1983, dos años después del comienzo de la epidemia, la OMS invita a una reunión de expertos sobre el Sindrome Tóxico en Madrid. Desde el 21 al 25 de mayo cientificos españoles y extranjeros discuten los resultados actuales de sus investigaciones.
El británico Doctor Roy Goulding modera las discusiones cuyos resultados pueden leerse en el libro “Sindrome del aceite tóxico. Intoxicación masiva por alimentos en España„ editado por la Oficina Regional para Europa de la OMS con sede en Copenhague.
A pesar de las dudas existentes, los cientificos llegan a la conclusión de que ei aceite adulterado debe ser el causante de la enfermedad. Ya el prólogo del libro, escrito por el Doctor Waddington, director del departamento para la Salud Ambiental en Copenhague es un ejemplo excelente de la manera cómo (S. 37) se pueden unir elegantemente las contradicciones de la hipótesis del aceite: “El 10 de mayo de 1981 se descubrió en España el primer caso de una enfermedad que mas tarde seria llamada sindrome del aceite tóxico. Los medicos notaban en-seguida un cuadro clinico inusual que no tenia nada que ver con ninguna otra enfermedad conocida; las pruebas de que esta enfermedad tenia su causa en el medio ambiente se acumulaban, pero el punto mas importante, ¿qué factor del medio ambiente era la causa? faltaba. Poder contestar a esta importante pregunta lo mas rapidamente posible se convirtió en una necesidad absoluta ya que miles de pacientes llenaban los hospitales de Madrid y en las zonas norte y oeste de España. Muchos indicios apuntaban al consumo de aceite comestible adulterado, conteniendo colza desnaturalizada como factor causal…
… El sindrome del aceite tóxico fue reconocido inmediatamente como una enfermedad nueva, sino hubiera sido asi, hubiera enfermado muchisima mas gente. Contrariamente a otras enfermedades que tambien tienen un factor del medio ambiente, los sintomas son parecidos a los de otras enfermedades, el diagnostico del sindrome tóxico (ST) era simple. Solamente podemos especular sobre lo que hubiera pasado si este factor no hubiera sido tan obvio…„
Pero la ultima frase parece contradecir todo lo que acaba de escribir el Doctor Waddington: “Muchas preguntas relacionadas con el Sindrome Tóxico siguen sin respuesta, especialmente la sustancia o las sustancias en el aceite que han causado la enfermedad son o estan sin identificar todavia. Este aspecto me-rece la atención internacional y sólo puede ser resuelto a través de la colaboración de los institutos de investigación de varios paises.7,12
En las frases anteriores habia dado las gracias a estos institutos, asi como a su propia organización y al gobierno español por su trabajo: „el rapido re-conocimiento por parte del gobierno español de que la importancia del Sindrome Tóxico traspasaba las fronteras nacionales, convirtiéndose en una cuestión general de la salud de toda la humanidad, condujo a una participación internacio-nal rapida en este problema y ha (S. 38) animado al colectivo cientifico en sus esfuerzos para encontrar la causa de la enfermedad. A petición de las autorida-des españolas, la OMS se ocupó desde la primera fase de esta enfermedad. Gracias a la OMS, médicos, epidemiólogos y toxicólogos aportaban sus experiencias y conocimientos para este problema importante de salud…“
No se comprende que el doctor Waddington diga que la enfermedad era simple mientras todavia no existia ninguna sustancia en el aceite que pudiera Ila-marse la causa de esta enfermedad. Pero mientras el celebra esta reunión en Madrid, la lista de personas muertas ha llegado a 340 nombres. En los próximos años habra que añadir a esta lista varios cientos de victimas mas.
Los casi 50 participantes en esta reunión se habian dividido en grupos de trabajo para discutir asi detalladamente los temas principales antes de entregar un informe completo a la Asamblea General. Este informe fue aprobado por unan-imidad y, posteriormente, publicado.
Los cuatro capitulos del libro tratan de la epidemiologia, toxicologia, datos clinicos y autopsias. En repetidas ocasiones los cientificos apuntan a que el aceite de colza desnaturalizado para el consumo humano debe ser la causa de la epidemia.Pero en casi cada pagina repiten de una u otra forma la ultima frase del par-rafo „posibles agentes causales en el aceite“: „desgraciadamente la identidad exacta de estos componentes sigue siendo un problema sin resolver“.14
Parece que no les preocupe que la causa de este problema no resuelto, a lo mejor, no se encuentra en el aceite .
El grupo epidemiológico discutia sus resultados bajo el liderazgo de los ame-ricanos del CDC, Doctor Clark Heath y Doctor José Rigau, dos de los autores de los seis estudios de Navas del Marqués. Naturalmente sentenciaban que su propio trabajo había sido bueno. „El grupo de trabajo pensó que los estudios epidemiológicos que demuestran una conexión de la epidemia del Sindrome Tóxico con el consumo de aceite son enormemente importantes y consecuentes.15
Aunque no se puede considerar esta afirmación una prueba (S. 39) contundente, los cientificos estan contentos con sus propios resultados: “El descubrimiento mas espectacular que era comun para todos los estudios, es una conexión notablemente fuerte entre el comienzo del Sindrome Tóxico y la ingesta de aceite comestible, que se ha comprado en venta ambulante„. Aunque el tiempo les apremiaba, los epidemiólogos escriben: “Si se tiene en cuenta lo urgente de la situación cuando se hicieron estos estudios, cree este subgrupo, a pesar de todo, que su descubrimiento repetido de aceite comestible como factor de riesgo en el desarrollo del Sindrome Tóxico representa una observación epide-miológica altamente concluyente…„
EI grupo de trabajo sobre observaciones clinicas y patologia se reunió bajo el internista español, Dr. Manuel Serrano Rios. El cometido de este grupo es bastante mas facil que el de los epidemiólogos. Sólo se les pide enumerar, sintoma por sintoma, las diferentes fases de la enfermedad. Nadie espera de ellos que aventuren posibles causas de la enfermedad.
El tercer subgrupo se ocupaba de la toxicologia del aceite. Estaba presidido por el doctor T.A. Connors y el profesor Doctor W.N. Aldridge. Los dos tra-bajan en la Toxicology Unit, la Unidad de Toxicologia, de los famosos laboratorios Medical Research Council Laboratories, de Carshalton, cerca de Londres. También este grupo tiene serias dificultades para conectar la enfermedad con el aceite fraudulento: “Para definir los componentes tóxicos del aceite de colza contaminado con anilinas, anilidas y otras substancias que se forman durante el proceso de refinación, habría que hacer experimentos quimicos, bioquimicos con células y con animales(…). Los experimentos con diferentes muestras de aceites supuestamente tóxicos, con monos, crias de pato, cobayas y hamsters han resultado ser negativos. Un laboratorio ha dicho haber producido dañios pul-monares en ratas, mientras todos los demas lograban resultados negativos… A pesar de los esfuerzos hechos en muchos paises, hasta ahora no se ha en-contrado ningún animal que pudiera ser un modelo de experimentación adecuado para el aceite tóxico y las anilinas o anilidas„. (S. 40) Parece que no hay nadie en todo este gran grupo de cientificos, algunos mundialmente famosos, que se pregunte si el aceite supuestamente tóxico es tan peligroso como se dice. A pesar de ello los autores persisten:
“Parece que la enfermedad fue causada por la ingestión de una o varias partidas de aceite de colza refinado, desnaturalizado con anilinas„.
Y todos los sabios reunidos en Madrid se lamentan de las muestras de aceite que han recibido desde España y se preguntan si a lo mejor éstas no son las correctas: “El sistema de selección de los aceites que tienen una relación con los casos, utilizado hasta ahora, ha sido muchas veces insatisfactorio. Muchos laboratorios en España y en otros paises han malgastado mucho tiempo con muestras que son muy diversas en su composición y que en muchas ocasiones no contenian anilinas…„“
Pero resulta que, como minimo, las muestras de aceites que venian de familias de afectados estaban muy cuidadosamente clasificadas, como dice el Doctor Aldridge después de una visita personal a Madrid entre el 3 y el 5 de febrero de 1982 en una carta:
„La complicación mas grande durante la recolecta de aceite que tiene relación con los enfermos, fue la oferta del gobierno de cambiar el aceite de colza sin etiqueta por aceite de oliva de la mejor calidad (…). Pero existe una colección de aceites que vienen de familias con enfermos y que se ha recogido antes del mencionado canje. Aunque no es 100% seguro, la conexión con los casos esta mucho mas clara. Todas las muestras de aceite estan numeradas y puede llevarse a cabo un seguimiento hasta el paciente (…). La cantidad de las muestras varia. Algunas son muy grandes. Se nos dijo que en esta colección hay entre 400.000 y 500.000 litros. Todos nosotros contestabamos con gran asombro a esta revelación y preguntamos repetidas veces a los responsables si esta cifra era correcta. Pero se mantenian en ella. Esta oleoteca esta guardada cuidadosamente (…). Esta colección es la única de la que uno puede fiarse (…)“. (S. 41) Aldridge divide las muestras de aceites alli coleccionados en tres categorias:
„A) De familias con enfermos. Recogido antes del anuncio del canje.
B) Pruebas de aceites, recogidos por cientificos para su trabajo. Podrian ser auténticos, pero no tienen necesariamente el sello oficial (A) de que realmente vienen de familias con casos, ni la fecha exacta de su recogida.
C) Aceite recogido personalmente sin ninguna garantia“.
En esta época, a principios de 1982, todos los experimentos de laboratorio con animales de experimentación eran negativos, como confirma el doctor Aldridge: „Se han utilizado ratones, ratas, cobayas, hamsters y cerdos. Hasta ahora no existe ninguna prueba contundente de que algun aspecto de la enfermedad haya sido reproducido en animales de experimentación.“
En la primera pagina de su informe, Aldridge escribe dudando: „Hasta ahora es una suposición no verificada que la enfermedad haya sido causada por aceite de colza desnaturalizado con anilina y tratado posteriormente. He hablado con varias personas sobre este tema, les he preguntado si esta demostrado que el aceite de colza tiene que ver con esta enfermedad… La mayoria de todos estos aceites vendidos, contenia otros aceites y grasas“.
Pero acto seguido el experto en pesticidas formula la frase decisiva para el apoyo a la hipótesis del aceite: „Estoy convencido de que la única hipótesis razonable es esta, que el aceite de colza desnaturalizado es la causa“.18
A pesar de este convencimiento, en los próximos años ningun cientifico ni ningun laboratorio del mundo logran acercarse algo mas al enigma. El doctor Aldridge escribe todavia en 1985, en el numero de mayo del „Journal of Human Toxicology“: „Hay que enfatizar fuertemente que la relación entre la enfermedad y la ingesta de aceite comestible adulterado se basa unica y exclusivamente en las pruebas epidemiológicas, dado que falta cualquier otra hipótesis aceptable sobre cual (S. 42) podria ser la sustancia quimica en el aceite responsable de esta epidemia“.‘9
Cuesta entender cómo cientificos supuestamente criticos y prestigiosos pueden agarrarse tanto a una hipótesis que no ha sido posible probar cientificamente. El britanico Doctor Aldridge tiene una explicación enormemente simple y sor-prendente para este hecho. Todavia a principios del año 1987 dijo a los autores: „Es realmente increible que no podamos encontrar el veneno, la causa verdadera de la enfermedad; las ratas que ingirieron el aceite supuestamente tóxico no mostraban ningun efecto negativo, cada dia engordaban mas y su piel estaba mas brillante de dia en dia“. Acto seguido el Doctor Aldridge añadió: „Pero tiene que ser el aceite“. Su afirmación nos dejó estupefactos y a la pregunta de por que tendria que ser el aceite, contestó de la siguiente forma: „Porque estos son los datos y hechos que nosotros recibimos del gobierno español“.2°
Este mismo gobierno tampoco invirtió demasiado dinero en la busqueda para la confirmación de la hipótesis del aceite. Hasta 1982 se habia repartido para proyectos de investigación sobre el Sindrome Tóxico, para medicos y cientificos españoles unos trescientos millones de pesetas. Esto es mas o menos lo que vale un solo laboratorio quimico analitico con una tecnologia aceptable.
A pesar de esto, a varios institutos este dinero les fue suficiente para renovar sus aparatos anticuados. Estas subvenciones estatales no eran mucho mas que la famosa gota sobre la piedra caliente y esto en un pais que, comparado con otros paises europeos, destina a la investigación cantidades irrisorias. Tampoco estos dineros dieron resultados.
Pero ahi estaban el CDC y la OMS ayudando amablemente al gobierno español. En septiembre de 1984 el Plan Nacional de Sindrome Tóxico (PNST) y el CDC firman un contrato para facilitar un epidemiólogo de Atlanta a España. El seleccionado es el Doctor Edwin Kilbourne que ya conocia el problema del Sindrome Tóxico desde 1981. Era uno de los autores de los estudios epidemiológicos del pueblo de Navas del (S. 43) Marqués. Según se desprende del contrato, el CDC ayuda por „razones humanitarias en el interés de toda la humanidad…
Esta claro que ellsindrome del aceite tóxico en España debe ser aclarado, dado que es de una importancia capital que se siga con los estudios epidemiológicos, y dado que el problema es de una enorme importancia mundial, para la salud pública internacional, el CDC acuerda designar un epidemiólogo que pueda ayudar en los trabajos del Plan Nacional del Sindrome Tóxico“. Asi reza el contrato con el go-bierno español.
El párrafo número 1, apartado C, define las obligaciones del funcionario. Su cometido principal es : „Colaborar en un estudio epidemiológico, toxicológico con el fin de encontrar EN EL ACEITE (mayúsculas de los autores) la sustancia quimica o las substancias más estrechamente asociadas con la enfermedad.“
El Doctor Kilbourne no tenia que buscar otras causas. Si se hubieran encontrado otras posibles causas, el contrato es muy explicito: „Todos los datos que serán transmitidos al CDC con base a este contrato pertenecen al gobierno español y tienen carácter confidencial… No pueden ser usados para fines cientificos u otros que no se mencionen en este contrato, si el PNST no da antes su consentimiento a esta cuestión“.21
El trabajo desarrollado por el Doctor Kilbourne obtiene la total satisfacción de sus jefes americanos y españoles. Después de una investigación de casi dos presenta un informe resumido del trabajo que han hecho bajo su dirección otros 8 investigadores americanos del CDC y 11 expertos españoles. Todos ellos llegan al mismo resultado que la mayoria de los investigadores que hasta entonces habian analizado y experimentado con los aceites sospechosos con todos los métodos posibles. Su informe de 39 páginas se lee como una colección de contradicciones imposibles. Los expertos comienzan su trabajo con la frase desilusionante: „La identidad del agente etiológico que causó en 1981 la epidemia del sindrome del aceite tóxico en España no ha sido aún probada.“
Pero más abajo en la misma página puede leerse: „Concluimos que la presencia de niveles relativamente altos de (S. 44) anilina y anilida, de ácidos grasos en las muestras de aceite recogidas durante la epidemia en las dos ciudades es-tudiadas, indica una mayor probabilidad de la presencia actual o antedor del agente etiológico del sindrome del aceite tóxico“.
Después de un repaso cuidadoso de varias oleotecas el grupo elige 195 muestras diferentes de aceite de familias con y sin enfermos. Los análisis quimicos se hacen en Atlanta. El grupo se entrevista con los antiguos propietarios de los aceites. De los miles de muestras de aceites se eligen finalmente sólo unas 93 para su estudio, 29 de éstas proceden de familias con, 64 de familias sin pacientes afectados. Todos los demás no son tenidos en cuenta. En su resumen, los autores escribe