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Bayer USA

Nota de prensa, 21 de octubre de 2010
Coordinación contra los peligros de BAYER

Despidos en BAYER USA pese a los generosos regalos fiscales

Los sindicatos son sistemáticamente expulsados de las fábricas estadounidenses de BAYER / Sólo el 14% del personal disfruta de convenios colectivos / Protestas de los trabajadores en Berkeley

La compañía BAYER ha anunciado despidos en la planta de Berkeley. Esta fábrica californiana es de las pocas de la compañía en EE. UU. que aún cuenta con representación sindical. Los despidos afectarán en un primer momento a 29 trabajadores, todos afiliados a algún sindicato. Alrededor de 150 trabajadores protestan a las puertas de la fábrica.

Sólo el año pasado, la fábrica de Berkeley obtuvo de las autoridades de la zona una rebaja de impuestos por valor de 13 millones de dólares. Poco antes, BAYER había amenazado con trasladar parte de la producción a otros lugares. En esta fábrica se produce el medicamento Kogenate (factor antihemofílico), por cuya venta, sólo el año pasado, Bayer obtuvo 888 millones de euros. El Kogenate se produce exclusivamente en Berkeley.

Donal Mahon, del sindicato International Longshore and Warehouse Union, con representación en Berkeley, comenta: „BAYER había asegurado que anunciaría los despidos con una antelación de 45 días. Al final fueron dos días, y el número de despidos fue el doble de lo que se dijo en un principio. Y en caso de que acudamos a un procedimiento de arbitraje, la empresa ya nos ha amenazado con suprimir más puestos de trabajo“.

La actitud de la compañía contra los sindicatos viene siendo especialmente agresiva en EE. UU. Cada vez que se anuncia la creación de un comité que represente a los trabajadores, la empresa convoca rápidamente a todo el personal y amenaza con suprimir puestos de trabajo o cerrar la fábrica. Esto va claramente en contra de la promesa de Bayer, según la cual „los empleados de todas las plantas tienen la posibilidad de crear comités de representantes de los trabajadores“ (Informe de sostenibilidad de Bayer, 2009).

Cuatro fábricas estadounidenses de BAYER con alto grado de organización sindical han sido cerradas total o parcialmente en los últimos años. En West Haven, en el estado de Connecticut, se cerró en 2007 una planta farmacéutica con alrededor de mil trabajadores sindicalmente organizados; una fábrica de plásticos de New Martinsville (West Virginia) redujo en 2007 su personal a la mitad; la planta de Elkhart/Indiana, con 2.200 trabajadores, la mayoría organizados sindicalmente, fue desatendida durante años y está prácticamente cerrada, y en Sarnia (Canadá) se ha paralizado la producción de caucho.

Sólo en un puñado de las alrededor de 50 plantas de Bayer en Nortemérica existe alguna representación sindical. Y sólo el 14% de los trabajadores norteamericanos de la compañía están acogidos a convenios colectivos que regulan el sueldo y los horarios de trabajo. En ninguna otra parte del mundo el porcentaje es tan bajo: mientras que en Latinoamérica el porcentaje de trabajadores que disfutan de un convenio colectivo es del 40%, en Europa son casi el 90%.

Axel Köhler-Schnura, de la junta directiva de la organización Coordination gegen BAYER-Gefahren (Coordinación contra los peligros de Bayer), declara: „En su búsqueda del máximo beneficio, lo más llamativo es su furor antisindical. Es un escándalo que el 45% del personal de Bayer en todo el mundo tenga que trabajar sin el amparo de acuerdos salariales colectivos“.

El mercado de Bayer en Norteamérica es más importante que el alemán. BAYER obtiene allí la cuarta parte de sus ingresos por ventas, donde 16.300 trabajadores le permiten alcanzar un volumen de negocio de ocho mil millones de euros anuales. Traducido por Javier Fernández Retenaga (Tlaxcala)