NotiArandas (México), Del 12 al 18 de agosto de 2006
Químicos en los campos: Toxicidad inminente para todos
Jalisco es una de las regiones que más utiliza productos químicos para matar maleza y plagas
Según la SAGARPA, en el 2005 los campesinos mexicanos utilizaron 3.5 millones de toneladas de plaguicidas. Bayer, Tekchem, Química Lucava, y Cheminova Agro son parte de las 15 empresas que elaboran este producto con paratión metílico y lindano, dos de las sustancias prohibidas desde 2004 en el Tratado de Rótterdam, por su alta toxicidad y ser factor de cáncer.
Según la institución federal hay varios millones de campesinos en riesgo de inhalar las sustancias tóxicas en los campos. Arandas no es la excepción y también tiene este tipo de problemas.
Entre los plaguicidas más tóxicos podemos encontrar el Paratión Metílico que curiosamente es comercializado con diferentes nombres como Bration 500, Foley Folidol, Folvel, Novafin, Paramet, y Toxition. De igual forma el Lindano es vendido bajo el nombre de Germate Plus, por Industrias Gustafson, empresa que desde finales de 2004, pertenece a Bayer.
Actualmente se tienen registrados un total de 22 plaguicidas peligrosos, entre ellos el DDT, el clorobencilato, el aldrín, el lindano, el paratión y los compuestos de mercurio o heptacloro.
Los daños causados por estos productos van desde alteraciones hormonales, problemas reproductivos, debilitamiento del sistema inmunológico y hasta cáncer. La SAGARPA mencionó que en el país están permitidos 68 plaguicidas que causan cáncer; 21 que alteran el desarrollo embrionario y provocan daños reproductivos, 33 que funcionan como disruptores endocrinos (afectación a los sistemas glandulares como la regulación de hormonas), 21 que debilitan el sistema inmunológico y 50 que producen problemas de fertilidad masculina.
Alaclor, azinfos metilico, dicofol, endosulfan, forato, fosfamidon, linuron, maneb, metoxicloro, paraquat, paration metilico y 24D, están en una lista de ingredientes activos que se utilizan para producir insecticidas, fungicidas, fumigantes, herbicidas y rodenticidas, comercializados en México y prohibidos en diversas naciones. Lamentablemente al ser un país del llamado „tercer mundo“, los campesinos mexicanos aún siguen comprando estos productos.
¿Qué hay de Arandas?
Francisco Bravo Camacho, quien es el jefe de SAGARPA en la región mencionó que dentro de Los Altos de Jalisco, el problema con los ingredientes tóxicos en el campo es algo para alarmar. „Los componentes químicos que existen en los herbicidas y plaguicidas sirven para terminar en cuatro días como máximo la maleza y las plagas, entre otros problemas para el campesino. Hay mucha gente que no tiene conocimiento y aplican las sustancias de forma desmedida pensando que así funcionará mejor, no sabiendo que sucede todo lo contrario“.
Por otra parte, el responsable del Centro de Apoyo al Desarrollo Rural No. 5 indicó que los chirlos, las berenjenas, los talayotes y demás cultivos tradicionales del municipio han desaparecido en parte por el exceso de cultivo de agave y del uso desmedido de los productos químicos. „Si un cultivo no es rentable y aparte es dañado por insecticidas y plaguicidas, ya no tiene caso seguir produciéndolo, así de fácil“.
„En la región aún tenemos la mala costumbre de adquirir este tipo de productos que no hacen más que dañar el medio ambiente. Incluso hay insecticidas y plaguicidas que ya caducaron hace veinte años (siendo nocivos para la salud humana) y nosotros seguimos utilizándolos. Europa y Estados Unidos de forma tajante prohibieron trabajar con ellos y para esas empresas, México y Latinoamérica se han convertido en su mercado. La realidad es que hay gente que no tiene la solvencia económica para adquirir por ejemplo, las hipermetrinas que tienen compuestos naturales y que por obvias razones no cuenta con los mismos efectos que los demás. Los campesinos tienen la pésima cultura de querer matar todo con productos fuertes, pero que sin duda son perjudiciales para la salud“; señaló el entrevistado.
Ante esta situación Bravo Camacho comentó que los mantos friáticos se ven afectados por tales acciones. „El agua y los pozos en muchas ocasiones tienen que ser clausurados debido a que ya traen cianuro por tanto efecto residual químico y por ahí ha llegado a ocurrir (casos extraños en realidad) decesos de ganado o personas“.
Según lo cuenta el encargado de la SAGARPA en la región, la institución ha planteado normas y leyes que tratan de prevenir que este tipo de conflictos sigan ocurriendo. „Estamos vigilando que utilicen lo menos posible componentes químicos en el campo y más cuando afectan en la salud pública. Por otro lado y para preocuparnos, hemos comprobado que las tierras se han erosionado y se han degradado“.
Bravo Camacho reconoció que los cultivos que más se han contaminado son el maíz, agave, frijol, sorgo, trigo, avena, pastos y forraje que es donde más se aplican dichas sustancias. „Siempre se recomienda la rotación de cultivos para contrarrestar un poquito los efectos residuales y dejar descansar los suelos para que se recupere la flora bacteriana, sin embargo ésto no sucede y como ejemplo claro tenemos al agave que dura aproximadamente ocho años. La necesidad es grande porque esta planta es una de las principales fuentes económicas del municipio, pero no se ha observado este caos que en un futuro traerá consecuencias graves“.
¿Y las leyes?
Ante la pregunta expresa de qué es lo que está haciendo SAGARPA de la región para frenar el conflicto, Bravo Camacho contestó que han tratado de promover e informar a la gente que está inmiscuida en el asunto para que no vuelvan a utilizar productos que puedan ser dañinos para la salud. „Estamos alertando a los campesinos de que la contaminación es mucha y la rentabilidad poca.
Lamentablemente a pesar de haber normas no podemos hacer más que promoción y por ahí algunas observaciones. A final de cuentas, los productores del campo pueden hacer con su dinero y su cultivo lo que quieran. Tenemos que ser realistas; existe esta barrera y no nos queda más que seguir trabajando. La información aquí es trascendental y cada vez que podemos, mencionamos datos concretos que no dejan nada a la especulación. Jalisco después de Nayarit es el estado con más casos de intoxicación al año por el uso excesivo de insecticidas“.
Hoy lo único que queda es informar a los campesinos arandenses del problema que están causando al municipio en general. Este problema no puede tomarse a la ligera y es necesario que se tomen cartas en el asunto para poder crear leyes más severas a pesar de que los particulares se opongan. La salud pública no puede estar en juego. Es una prioridad para el futuro.