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Agrotóxicos
América Central: este chico rocía con pesticidas sin ninguna protección
Anuncio de BAYER para el fungicida Bayleton, a base de triadimefón

Nota de Prensa
23 de Junio de 2014

“El consumo elevado de carne contribuye a intoxicaciones por productos agroquímicos"

La utilización de pesticidas tóxicos sigue creciendo

En los países emergentes y en vías de desarrollo, la utilización de sustancias agroquímicas tóxicas se intensifica. Solo en India y en Argentina las cantidades empleadas se han duplicado desde hace diez años. Una de las razones es el cultivo masivo de alimentos para el ganado destinado a la exportación.

En algunos países – Argentina, Brasil – inmensas plantaciones de soja sustituyen a bosques, tierras en barbecho y pequeñas explotaciones agrícolas, lo que supone un retroceso de la biodiversidad y de la producción de alimentos. Como consecuencia del empleo masivo de pesticidas, especialmente en las zonas de producción de soja, los abortos y las tasas de cáncer están aumentando. En el origen de este incremento se encuentra la fuerte demanda de alimentos proteínicos por parte de los criadores industriales europeos y estadounidenses.

En opinión de Philipp Mimkes, de la Coordinación contra los peligros de BAYER (CBG), “el consumo elevado de carne provoca grandes daños ecológicos y sanitarios en América del Sur. Exigimos el cambio a una agricultura ecológicamente sostenible, aunque eso suponga una disminución de la producción de carne. Hay que prohibir herbicidas tóxicos como el glifosato y el glufosinato”.

Se aconseja que estos dos herbicidas se combinen con las semillas OGM, sobre todo con la soja y el maíz. Como el mercado de semillas está en manos de unas pocas firmas, numerosos agricultores solo pueden comprar semillas OGM.
El glifosato (Roundup), que debemos a Monsanto, es el veneno agroquímico más vendido en el mundo. Como su patente ha vencido, Bayer y otras firmas están vendiendo actualmente la molécula activa. El glifosato puede causar malformaciones, alterar el ADN y favorecer ciertas enfermedades: Alzheimer, diabetes y cáncer.

Más peligroso aún, el glufosinato producido por Bayer puede provocar malformaciones fetales; la molécula debe retirarse del mercado europeo de aquí a 2017. Eso no ha impedido a Bayer construir en Alabama, Estados Unidos, una nueva fábrica de glufosinato. La firma pretende, así, aprovechar este resquicio para sortear el rechazo creciente al glufosinato. Philipp Mimkes afirma que “Bayer hace gala de un comportamiento irresponsable al estimular en el extranjero el uso de un herbicida que va a ser retirado del mercado europeo por razones justificadas”. Bayer propone que se combine el glufosinato con la colza, el arroz, la remolacha azucarera, el maíz, la soja y el algodón resistentes a este herbicida, principalmente en América del Sur y del Norte.

Los productos agroquímicos no resuelven el problema del hambre en el mundo
La utilización de pesticidas implica la aparición de malas hierbas cada vez más resistentes, lo que conduce, a su vez, a un uso cada vez mayor de sustancias agroquímicas. La Coordinación contra los peligros de BAYER exige, por tanto, que se rompa este círculo vicioso. Algunas asociaciones ecologistas ya habían advertido antes de la introducción de las semillas OGM del riesgo de aparición de hierbas silvestres resistentes a los herbicidas.

Lejos de las eternas afirmaciones de los grupos de presión, las plantas OGM no contribuyen a erradicar el hambre en el mundo, todo lo contrario. Los nuevos productos de Bayer, Syngenta y Cía. intentan responder a las necesidades de la producción industrial de animales. El 80% de las plantas OGM cultivadas se utiliza para la alimentación animal. Esas plantas no son resistentes a la sequía, y no tienen un rendimiento más elevado. Su cultivo a gran escala supone un retroceso de la producción de alimentos, lo que perjudica al abastecimiento de la población local.

Con un 20% del mercado, Bayer es el segundo fabricante mundial de pesticidas. Los productos de esta firma son responsables de la mayor parte de las intoxicaciones a nivel mundial. La OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que el número de envenenamientos por pesticidas podría ascender a 20 millones al año y producir hasta 200.000 defunciones.
Traducido por María José Hernández Guerrero (Tlaxcala)