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Argentina

Diario de Hoy, 18/11/2010
PODRÍA REALIZARSE UN DEBATE PÚBLICO DE LAS DOS POSICIONES

Chacabuco Sustentable insiste en sus cuestionamientos a Bayer

La agrupación Chacabuco Sustentable volvió a expresar sus cuestionamientos hacia la actividad en nuestro distrito de empresas como Bayer, a quienes acusa de no actuar en defensa del medio ambiente sino con el propósito de vender agroquímicos. Asimismo se expresó de acuerdo con realizar un debate público con representantes de esas cmpañías acerca del efecto que tiene las sustancias que producen.
El martes último, desde Bayer se invitó a la prensa a realizar una visita a su Centro de Innovación Tecnológica ubicado en el kilómetro 193,8 de la ruta 7. Allí se explicaron las medidas de seguridad que se utilizan para trabajar y se señaló que los agroquímicos pueden volverse peligrosos cuando se los utiliza mal. Además se negaron las acusaciones recibidas acerca de que Bayer esté produciendo una contaminación ambiental.
Lo que yo sigo sosteniendo es que el modelo agropecuario que plantean estas corporaciones no tienen que ver con la defensa del medio ambiente ni con la salud de la población, expresó ayer Santiago Muhape, de Chacabuco Sustentable, y agregó: Hoy en Chacabuco estamos viendo que este modelo agroproductivo no tiene en cuenta ni las más mínimas medidas de protección. Una muestra de eso es que el campo llega hasta la orilla de los pueblos. Este es el modelo que plantean estas corporaciones, que no son un grupo ecologista que proteja el medio ambiente, sino que viven de vender agroquímicos.
Yo sigo insistiendo: no necesitamos un campo de experimentación de transgénicos y agrotóxicos. Es una posición política y también ideolótgica, dijo luego Muhape, quien señaló que inclusive en la carrera de Ingeniería Agronómica no hay materias en las que se enseñe a proteger el medio ambiente.
Chacabuco Sustentable concurrirá hoy al Consejo Deliberante para terminar de programar, junto a integrantes de ese cuerpo, una charla abierta sobre estos temas. Asimismo, la entidad presentó un proyecto destinado a crear en nuestro distrito un campo de experimentación agroecológica, en el que se produzcan alimentos en forma orgánica. Otra iniciativa de la institución es que se prohiba todo tipo de fumigación con agroquímicos, ya sea de forma aérea o terrestre, en el área que rodea a los centros urbanos del partido.
Finalmente, Muhape dijo estar a favor de organizar un debate público con representantes de empresas como Bayer y señaló que la organización que integra nunca fue invitada a visitar el Centro de Innovación Tecnológica.

Tiempo Argentina, 3 de Octubre de 2010

Es una sustancia altamente tóxica que causa graves consecuencias

En Chacabuco siguen fumigando con glifosato junto a las casas y escuelas

Aunque la legislación establece que se use a más de mil metros de la población y que las máquinas deben lavarse fuera de la zona, las autoridades locales no la cumplen. La polémica planta experimental de la multinacional Bayer.
Por Manuel Alfieri

La expansión de la soja transgénica y el uso indiscriminado de agroquímicos arrasó en la ciudad de Chacabuco con la agricultura familiar y diversificada. Se trasladaron cientos de familias rurales hacia las zonas marginales de las ciudades por la pérdida de empleo y, después de casi 20 años, empezaron a quedar de manifiesto distintas enfermedades que en muchos casos llevan a la muerte. Según una amplia gama de científicos independientes y organizaciones ambientalistas, la culpa es de un herbicida llamado glifosato.
Con 35 mil habitantes, Chacabuco emerge como una especie de maqueta, a escala reducida, del sistema sojero-dependiente que se desarrolla en nuestro país, que este año dejará como saldo unos 19 mil millones de dólares y un centenar de pueblos contaminados.
Los vecinos, rodeados por extensas plantaciones de soja y por las corporaciones del rubro –como Cargill, Nidera y Bayer–, sufren fumigaciones a metros de sus casas o frente a las escuelas, quedando expuestos a los efectos de los agroquímicos, pese a la existencia de ordenanzas y leyes que limitan la actividad pero que, como en tantos otros lugares del país, no se cumplen ni se hacen cumplir.
Esta situación se vive en Chacabuco desde hace cuatro años, cuando diferentes patologías –cáncer, abortos espontáneos y enfermedades neurológicas– comenzaron a multiplicarse en la ciudad. “Las enfermedades neurológicas son estrella en Chacabuco. Y en una misma cuadra hay tres o cuatro casos de cáncer”, denunció a Tiempo Argentino Santiago Muhape, integrante de la Agrupación Chacabuco Sustentable y colaborador de la campaña “Paren de Fumigar” del Grupo de Reflexión Rural. Los 800 mil litros de agroquímicos con que se fumiga anualmente en Chacabuco no enfrentan los controles esperados por parte del Estado. Las máquinas aplicadoras de glifosato –llenas de ese material altamente tóxico– se lavan y circulan dentro de la ciudad como cualquier otro automóvil; los depósitos de agroquímicos están al lado de las viviendas de los vecinos; los envases vacíos de “Round-Up” –nombre comercial del glifosato– quedan tirados en los campos sin el tratamiento correspondiente; las fumigaciones se realizan frente a viviendas o colegios; y los vecinos dicen que los aviones que aplican agroquímicos “pasan por encima de nuestras casas”.
La ordenanza municipal 4252 es clara: las fumigaciones aéreas sólo pueden hacerse a 1000 metros de la población, los depósitos de agroquímicos y máquinas aplicadoras no pueden estar dentro de la zona urbana, y los envases de glifosato ya utilizados deben pasar por un triple lavado antes de desecharse, entre otras restricciones.
En 2007, Rodolfo Bertinatto, subsecretario de Medio Ambiente de Chacabuco, decía: “con esta ordenanza tratamos de erradicar de la zona urbana los depósitos de agroquímicos y las máquinas aplicadoras”. Sin embargo, 3 años después, no pudieron alcanzar siquiera uno de los objetivos: “Acá no se cumple nada, porque hay muchos intereses en juego. Se necesita un control riguroso. Por encima de todas las cosas, está la salud de la gente”, advirtió el concejal por Nuevo Encuentro, Miguel Raffo.
Mónica de Argüello es vecina de Chacabuco y vive a tan sólo metros de una plantación de soja transgénica. Su hija se llama Magdalena y nació en 1995, expuesta a la presencia indiscriminada de agroquímicos, como tantos otros chicos.
“Magui”, como le dice Mónica, llegó al mundo con muy bajo peso. Al año, los médicos certificaron que tenía un grave retraso mental producto de una agenesia de cuerpo calloso, patología que implica la no formación del “puente” que une los dos hemisferios cerebrales. Hoy no puede caminar, sufre de espasmos a intervalos de pocos minutos y casi no se comunica con los demás. Tiene 15 años. A causa de su enfermedad, parece de ocho. “Acá al lado, mi vecino fumiga desde siempre. Los médicos me dijeron que una de las causas de su enfermedad podía ser eso”, aseguró Mónica.
En sintonía con la denuncia, el médico Jorge Kaczewer, autor de estudios referidos a las enfermedades causadas por agroquímicos, sostuvo que “la exposición a determinadas sustancias tóxicas de uso agrícola puede dañar el sistema nervioso, con los consiguientes daños neurológicos”.
Pero las autoridades de Chacabuco lo niegan: “En la ciudad se habla sobre muchas enfermedades, pero no tenemos informes médicos que demuestren eso”, se excusó el subsecretario Bertinatto. “Yo no tengo ningún papel que certifique la relación entre la enfermedad de mi hija y los agroquímicos. Pero con muchos papás estamos seguros de que es eso. Da bronca. Tienen que hacer algo, porque esto no da para más”, agregó Mónica, conmovida.
A pesar de las quejas de los vecinos más perjudicados, el intendente Darío Golía aún no realizó controles más rigurosos sobre las fumigaciones, ni encargó estudios epidemiológicos. Además, Bertinatto, el propio responsable de Medio Ambiente de la ciudad, fue el mismo que defendió a ultranza el predio que la multinacional Bayer instaló en Chacabuco para realizar pruebas experimentales de agroquímicos. Esta circunstancia despertó un fuerte rechazo en un sector de la población, especialmente cuando pocos días antes de la inauguración del predio el secretario de Producción local, Mario Carnaghi, consideraba que “si en el futuro hay problemas con la planta, veremos qué hacemos”.
La instalación del “depósito de productos agroquímicos para uso experimental” –según consta en el acta de autorización Nº 10.703– fue aprobada el 17 de abril de 2007 por el intendente Golía y por el secretario de Hacienda, Jorge Chari. Esta planta es la primera y única en el país, cuenta con 20 hectáreas de superficie y está situada en el kilómetro 195 de la ruta nacional 7. El ingeniero Earle Gastaldi, gerente del área técnica de Bayer, aseguró que no hay peligro: “allí se están probando los agroquímicos que se utilizarán en cinco o diez años. El ministerio de la provincia ejerce monitoreos constantes del predio.”
Respecto de los efectos que podría producir en el ambiente una planta así, el médico Kaczewer sostuvo: “Habría que ver en la planta del laboratorio, el tipo de manipulación que se está haciendo y hacia dónde van esas aguas servidas, llenas de experimentos fallidos. Eso puede ir a las napas, ser absorbido por bacterias, luego por gusanos que se comen las bacterias, luego por pájaros, y así sucesivamente, hasta llegar a nosotros. ¿Por qué no hacen todo esto a 300 kilómetros de la población?” Para Jorge Rulli, autor del libro Pueblos Fumigados, hay algo más grave: “están utilizando al pueblo de Chacabuco como un pequeño laboratorio. Así como usan a todo el país en el plano internacional. La planta de Bayer es parte de ese modelo.” Un modelo que, con el correr de los años, beneficia cada vez más a un acotado pero enriquecido sector de la población, en perjuicio –económico, sanitario y ambiental– de los más desprotegidos.

Chacabuco en números
=> 45.445 habitantes
=> 229.000 hectáreas de superficie agropecuaria
=> 104.200 hectáreas de plantaciones de soja transgénica en el período 2006-2007
=> 393.220 toneladas de soja transgénica cosechadas en ese mismo bienio
=> 800.000 litros de agroquímicos utilizados durante 2009
=> 37 toneladas de envases usados de agroquímicos durante 2009
Fuente: Equipo de investigación de Chacabuco, Subsecretaría de Medio Ambiente de Chacabuco.

La soja en números
=> 53 millones de toneladas de soja transgénica esperan cosecharse este año en el país. Los especialistas dicen que se trata de un “récord histórico”.
=> 18.150.000 hectáreas (más del 50% de las tierras cultivables nacionales) están ocupadas por soja transgénica.
=> 200 millones de litros de glifosato se utilizan, aproximadamente, por año en la Argentina.
=> 12 millones de argentinos viven en los casi 23 millones de hectáreas de cultivos transgénicos.
=> 19 mil millones de dólares será el ingreso bruto anual por las exportaciones de soja transgénica.
=> 1000 hectáreas de soja pueden ser manejadas por sólo 2 personas.
=> 103 mil campesinos quebraron desde la llegada de la soja transgénica al país, según el censo agrícola realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) entre los años 1991-2001.
=> 1.108.669 hectáreas de bosques dejaron de existir en el país durante el período 2002-2006.
Fuentes: Ministerio de Agricultura de la Nación; Informe 2010 Grupo de Reflexión Rural; artículo “Las
52 millones de toneladas de soja transgénica”

Mira también:
· NO AL CAMPO EXPERIMENTAL BAYER EN CHACABUCO
· INSTALACION DE CHACABUCO SUSTENTABLE EN EL DIA DE LA INAUGURACION DEL CAMPO EXPERIMENTAL BAYER